La eternidad del instante

En una pequeña ciudad que parecía existir fuera del tiempo, los relojes no marcaban horas ni minutos. En cambio, cada esfera mostraba una palabra: Ahora. Las calles eran siempre las mismas, iluminadas por un sol perpetuo que nunca descendía. Los habitantes vivían sus días en una extraña calma, ajenos al concepto de ayer o mañana.

Había una leyenda en el pueblo sobre un hombre llamado Lior, quien alguna vez trató de recordar el pasado. Caminó al centro de la ciudad, donde se erguía un antiguo reloj de torre. Este reloj, decían, poseía las respuestas al misterio del tiempo. Subió sus peldaños, sintiendo cómo cada paso borraba un fragmento de sus recuerdos. Al llegar a la cima, miró el mecanismo detenido en el mismo punto: Ahora.

—¿Qué buscas? —preguntó una voz detrás de él. Era un anciano de barba blanca y ojos profundos, el Guardián del Instante.

—Quiero saber qué ocurrió antes de hoy —dijo Lior—. Siento que el pasado se me escapa como agua entre los dedos.

El Guardián esbozó una sonrisa serena.

—El pasado no es más que una sombra que proyecta el presente. Lo que recuerdas no es el pasado, sino la forma en que ahora lo imaginas. Y el futuro, joven, es solo una posibilidad disfrazada de esperanza o temor. Todo lo que existe, todo lo que serás, está aquí, en este instante.

Lior se quedó en silencio, tratando de comprender. Intentó pensar en el día anterior, pero solo encontró fragmentos vagos que parecían cambiar cada vez que los evocaba. Miró hacia adelante, hacia un futuro que se mostraba nebuloso e inalcanzable. Entonces ocurrió algo extraordinario: por primera vez, sintió la presencia pura de su respiración, el calor del sol en su piel, el peso exacto de su cuerpo sobre el suelo. En ese instante, entendió.

Cuando descendió del reloj, el pueblo ya no le parecía monótono, sino infinito. Cada momento contenía un universo. Y aunque los demás habitantes continuaron viviendo como siempre, Lior caminaba con la certeza de que el único tiempo verdadero era el que podía tocar, saborear y sentir en el aquí y el ahora.